La prueba se alinea con la filosofía Challenge Family y potenciará los 20 metros en su edición de 2019. Para Challenge Madrid, la responsabilidad para acabar con esta lacra está en los organizadores. Desde sus inicios, Challenge Madrid ha castigado duramente el drafting en sus pruebas y también ha diseñado unos mecanismos para que esto no pueda producirse. Entre ellos destaca su circuito en línea, lo que provoca una mayor necesidad de recursos y costes de organización, así como una limitación de participación que claramente va en detrimento del beneficio económico del organizador.
Por poner un ejemplo, Challenge Madrid cerró sus inscripciones para la media distancia de 2019 en menos de 36 horas con 600 inscritos, contando en la actualidad con una lista de espera de más de 300.